He regresado de
entre los muertos para decirles que he culminado mis estudios universitarios.
Para los que no
lo sabían, me encontraba cursando el último semestre de diseño gráfico, y es
por eso que había estado más desaparecida de lo usual. Los últimos dos meses
fueron realmente agotadores; ya me habían comentado que las semanas previas a
entregar y presentar la tesis eran una experiencia prácticamente que sobre
humana, pero no me imaginaba que tan fuerte era, sumándole el hecho de que mi
país (Venezuela) actualmente tiene protestas y manifestaciones casi todos los
días, y tal vez esto fue lo más duro de toda la experiencia.
Cuando estas en
este proceso de la tesis hay tres cosas que son indispensables, el internet,
tus tutores y la menor cantidad de estrés externo a tu trabajo. Por situación
país había días en los que yo no contaba con ninguna de esas tres cosas. Pero
no les voy a hablar de la situación de mi país en esta entrada y tal vez en
ninguna de un futuro próximo.
Mi tesis trataba
sobre una nueva marca país del rubro
alimenticio para Venezuela. Este tema no lo escogí yo, lo escogió la
universidad, sí, mi universidad escoge el tema de sus tesis, lo que no te
escoge es lo que vas a trabajar. Y no sé porque, pero prácticamente todas las
tesis tenían que ver con arepas.
Cuando se
escogieron los productos el año pasado, la Gabriela de aquel entonces pensó que
era buena idea salirse del factor común y no trabajar con alguna de las múltiples
variaciones que tiene la arepa y hacer algo totalmente opuesto… Al final
termine haciendo galletas para gatos. A mi tutor de contenido le agradó la idea
de que me arriesgara y propusiera algo sumamente distinto sin dejar de ser el
tema escogido por la universidad.
Al pasar los
meses, ya en Abril entre en crisis al ver los trabajos de mis compañeros, todos
a mi parecer estaban increíbles, más no solo eso, todos guardaban relación entre
sí, mientras que mi trabajo parecía ser de un tema totalmente opuesto al que se
le había asignado a mi promoción. Ya era demasiado tarde para cambiar de
producto por lo que simplemente tuve que seguir adelante.
Según la
normativa de la universidad nosotros no podemos conocer la identidad de
nuestros jurados, mucho menos pedirles que nos corrijan la tesis. Pero… Bueno,
digamos que una semana antes de entregar nos dijeron quienes iban a ser
nuestros jurados y todos empezamos a buscarlos para que nos dieran sus más
sinceras opiniones.
Yo tuve la
suerte de conseguirlos a los tres el mismo día y a la misma hora, por lo que al
salir de uno me iba con el otro. No olvidaré jamás la increíble sensación que sentí
al ser corregida por los jurados. Ellos eliminaron todas mis inquietudes sobre
el tema que escogí y me dieron la esperanza de creer que mi trabajo era uno de
los mejores.
Saben, esto de
las expectativas es algo muy gracioso. Al ser muchos, nos tuvieron que dividir
en dos grupos, unos presentaba el martes y otro el miércoles, nosotros podíamos
escoger que día íbamos a presentar, pero ya todos sabían que el martes se
presentaban los trabajos “más prometedores” y el resto el miércoles.
Yo porque soy
una gallina escogí el miércoles en lugar del martes, mientras más lo aplazara,
mejor. Por lo que el martes en la mañana yo debía dejar en la universidad mi
tesis, mi manual corporativo y el CD con la tesis en pdf. Yo ese día me fui súper
deportiva porque sabía que iba a estar corriendo de un lado a otro terminado de
buscar el material de apoyo y comprando cosas de última hora.
Cuando los
jurados me vieron en el pasillo casi les dio un infarto porque pensaban que a mí
me tocaba presentar ese día. Luego de aclararles que yo iba a presentar al día
siguiente, ellos me preguntaron: por qué no hoy? Y esa pregunta a mi parecer
ocultaba una pregunta silenciosa, que prefiero ignorar. Bueno…
Llego el día,
7/6/17. Fui la tercera en presentar la tesis ese día, la tercera tesis de mi promoción
en la que estuvo presente la directora de la universidad y la tercera tesis de
mi promoción aprobada con 19 puntos, mención honorifica. No pueden ni imaginar
lo mucho que llore ese día.
Terminar la
carrera es… No se… Es que aún no me lo creo. Es una sensación rara el saber que
has culminado tus estudios, que eres una persona profesional, que no debes
inscribirte para otro semestre, que hasta aquí llegó la explicación de las
reglas del juego de la vida, que a partir de ahora es momento de empezar a “jugar
enserio”.
Y por el simple
hecho de terminar la carrera muchos a tu alrededor piensan que ya tienes
planeada el resto de tu vida, pero eso no funciona así. Necesitas unos días
para poner tus cosas en orden, planear tus movimientos y descansar luego de un
mes en el que solo duermes de tres a dos horas diarias.
Sé que ya parezco
un disco rayado, pero esta vez de verdad voy a trabajar de lleno en el blog.
Pienso hacer unos cambios y colocarme un horario para así publicar con más
constancia, en esta ocasión si crearé las redes sociales del blog, ya estoy
trabajando en ellas, y trabajare para tratar de hacer crecer esta pequeña
comunidad de amantes del olor a libro nuevo y café.
El Lunes (19/6/17)
publicaré la reseña de Lady Midnight… Así que…
¡Un abrazo muy grande con olor a
café!
Bye bye
Bye bye
P.s: Las imágenes de la entrada son
las imágenes que cree para las redes sociales de la marca ficticia de mi tesis,
la cual se llama Miaus.