
En octubre del año pasado mi mejor amigo me prestó Buscando a Alaska, él supuso que amaría
este libro, en realidad él supone que amaré todos los libros de John Green (no
sé en qué momento mi mejor amigo se volvió un fanboy de Green). Desde entonces Buscando a Alaska había estado en mi
estantería esperando pacientemente a que le dedicara una mirada, cosa que no
ocurría porque los libros de Green no me han gustado; Bajo la misma estrella paso sin pena ni gloria por mi vida y ciudades de papel fue mi segunda peor
lectura del año pasado. En enero cometí
el pequeño error de comentarle a una de mis amigas (Otra fangirl de Green) que
tenía el libro en mi poder; desde que las palabras salieron de mis labios, ella
junto con mi mejor amigo empezaron a molestarme para que lo leyera.
Ya harta de que prácticamente todos los días me comentaran
las “cualidades mágicas” del libro, decidí
leerlo este mes de abril. Durante las primeras 112 páginas (lo cual es casi la
mitad del libro) me pareció más de lo mismo, otra típica historia de Green que poseía
una reflexión interesante y a la vez funciona muy bien como somnífero, incluso
mientras lo leía sentía que estaba leyendo otra versión de ciudades de papel, en mi cabeza Miles era Nat Wolff con cabellera dorada y Alaska era Cara
Delevingne con ojos verdes y cabello oscuro.

Mi problema con el autor, radica en que, sus historias no
logran engancharme y me cuesta una barbaridad terminarlas, más creo que
plantean espléndidamente de una forma metafórica
las relaciones que podemos llegar a encontrar a lo largo de nuestra vida ¡OJO! Dije de forma metafórica, no quiero decir que vamos a
experimentar explícitamente las relaciones que se plantean en el libro. Hay muchas
frases que me gustaron, frases con las que me pude identificar o que me
hicieron pensar sobre la vida y el amor, creo que esto es lo mejor de los
libros de Green, que están cargados de hermosas frases.
Como ya dije los protagonistas de Buscando a Alaska se parecen mucho a los protagonistas de Ciudades de papel, la forma en la que
Miles idealiza a Alaska es extremadamente similar a la forma en la que Quentin lo
hace con Margo, Alaska prácticamente es descrita como una Margo sin tendencias
a desaparecer. Incluso las conclusiones finales a las que llegan Miles y
Quentin sobre las protagonistas femeninas se asemejan de cierta forma, puesto
que ambos llegan a darse cuenta que
ellas no son perfectas y las perdonan por lo que hacen.

No puedo decir en concreto que fue lo que no me gusto del
libro, porque no considero que sea malo, simplemente la pluma del autor no me
gusta. Podría decir que lo que si me choco un poco fue el parecido de los
personajes con los de ciudades de papel,
pero este fue el primer libro de Green, así que en tal caso serían los
personajes de ciudades de papel los
que se parezcan a los de buscando a Alaska.
Fue la primera joya
de John Green, fue el libro que lo hizo famoso entre los lectores, por el que
fue aclamado mucho antes de que Bajo la
misma estrella tuviese siquiera esperanzas de ser creado. Como ya dije un
poco más arriba, lo considero el mejor libro del autor, no es perfecto pero me
hace entender porque tantas personas idolatran este libro, porque se merece la
fama que posee, la cual no se ve ligada al cine, se debe a las reflexiones que
contiene y a mi parecer a su increíble conclusión.